Ir de fiesta de manera inteligente: 3 cosas a tener en cuenta

7:30 p.m.

Nuevo año y no saben lo contenta que estoy por estar de vuelta en mis andanzas (y por 'andanzas' me refiero a hacer público en este blog gran parte de mis pensamientos diarios). Espero no olvidar mis metas este año -por lo menos hasta marzo. 

Como ya leyeron en el título de esta entrada, hoy hablaremos sobre algo que -al menos yo- no considero ni bueno ni malo: ir de fiesta. Quería tocar el tema desde el año pasado, pero no lograba encontrar el enfoque apropiado, y ahora que he vivido un par de experiencias más, he decidido plasmarlas para ustedes mediante... consejos(?). Sin embargo, he querido hacerlo de una forma peculiar y no simplemente decir "no beban, no se droguen: se mueren sus neuronas", así que veamos cómo nos va.

Frases como "no voy a fiestas porque prefiero leer/ me parece una pérdida de tiempo" o "las fiestas no tienen nada de malo/ es un momento de diversión" las hemos escuchado todos; la literatura y el cine se han encargado de volverlas cliché de sus respectivos estereotipos y ya no podemos evitar pensar (de manera culpable) que la 'niña inteligente' del salón odia las fiestas o que la 'niña fiestera' jamás abre un libro. Por experiencia, ya sabemos que esto es tan anticuado como falso; aún así, tales estereotipos han contribuido a la concepción de dos posturas generales: a favor o en contra. Independientemente de lo que cada una argumente y sus respectivas motivaciones para hacerlo, no estamos aquí para adoptar un extremo sino para repasar de manera objetiva ciertos aspectos que yo considero esenciales para poder disfrutar de una celebración con los pies bien puestos sobre la tierra, con ventajas incluso a largo plazo. 

1. Poder y control
Puede sonar pretencioso, pero me interesa que lo recuerden así. Hace unos meses conocí el caso de una chica cuyas fotos y videos de una fiesta en la que había estado ebria fueron publicadas por nada más y nada menos que su propio ex novio. El video fue grabado por sus mismas amigas. No voy a decirles que le digan no al alcohol en cada fiesta que vayan porque ya estamos grandecitos como para saber las consecuencias neurológicas y físicas que deja (y si no, fácil lo encuentran en internet o en la charla de quinta categoría que da el ministerio una vez al año en sus colegios), pero hay que hablar con los hechos; cuando se pierde la consciencia de lo que sucede a tu alrededor automáticamente le das el control a las personas que estén contigo en ese momento -con o sin tu consentimiento. En una reunión familiar tal vez eso no sea un problema tan grande, pero si tenemos en cuenta que en ese momento están rodeados por personas con el mismo (o menor) nivel de madurez, puede tornarse en algo desagradable, mucho más en la presencia de cámaras. ¿De verdad quieren darles ese poder sobre ustedes? El punto no es vivir absteniéndose hasta de un simple cóctel, sino pensar con claridad antes de tomar la decisión de pasar de tragos. Hay que preguntarnos: ¿realmente conocemos y confiamos en las personas que estarán ahí? 


2. Relación proporcional de tiempo
El tiempo es otro factor importante por el cual pueden formarse ideas equivocadas. ¿Recuerdan el ejemplo de la chica lista y la chica fiestera? Esto sucede porque se piensa que ninguna puede distribuir bien su tiempo en ambas cosas -es parte del estereotipo. Para evitarlo, la relación debe ser casi directamente proporcional; es decir, la cantidad de horas de fiesta asistidas debe casi igual a la cantidad de horas invertidas en cultura y autoconocimiento. Para ello, el colegio o la universidad no son suficiente porque toda la gente normal ya hace eso, incluso la gente vaga. 

Para autodenominarse "equilibrada/o" hace falta más que solo tener un bonito promedio en el papel, hace falta buscar algo más, desarrollar las propias ideas, idear el proyecto de sus vidas (literal y figurativamente hablando), tratar de encontrar qué es lo que quieren de la vida, ver películas interesantes, y si no saben por donde empezar entonces LEAN, LEAN DE TODO. Háganlo hasta que se sientan inspiradas/os a buscar su propia historia (pero por favor, no empiecen con la sección romántica de Wattpad). Muchas personas que asisten con regularidad a fiestas son académicamente brillantes, pero hasta ahí. No hacen nada más, créanme. Nada fuera de lo común. Si de verdad se quiere marcar la diferencia se debe ser completo, y para empezar, la distribución del tiempo es importante. Mientras más horas de fiesta querramos tener, mayor deben ser las horas de cultivo personal. Y si tenemos sueños, seremos menos propensos a desarrollar adicción por el festejo.


3. NO al vómito emocional
Escríbanlo o tráguenlo. Antes o después de la fiesta, pero no durante. Esta última me parece la pauta más importante y creo que ya pueden ver a qué me refiero. 'Vómito emocional' es  degenerar el sano concepto que alguna vez encerró la palabra 'fiesta', llevando nuestros traumas a la pista de baile para olvidarlos con alcohol. No es algo sobre lo que todos tengan control (me refiero a las emociones), y es por eso que ahora se ve que todas las fiestas quieren ser una parodia sin gracia de Skins

Ahogar las emociones cada tanto en fiestas va a acostumbrarte a un patrón de conducta nocivo para su psique emocional, esto se debe a que al reducir las oportunidades para tener una conversación (tener silencio) contigo misma/o comienzas a acumular sentimientos negativos; además, el ambiente de una fiesta es una alternativa de escape fácil para quienes pretenden huir de situaciones traumáticas porque no es lugar para pensar en uno mismo, sino para darse y unirse a la celebración colectiva. Por esta razón, si tienes problemas emocionales, no es recomendable que utilices las fiestas como excusa para 'desahogar' algo que no puede ser liberado en medio del ruido y la multitud, porque estarás estropeando tu salud mental. 

Lo más importante de estas pequeñas sugerencias es que comprendan que no se trata de mirar con desdén a aquellos que celebran a su manera ni pecar de pseudo intelectual por alegar al amor por la lectura (porque si en verdad eres lector, una fiesta al año no te hace daño). Por supuesto, tampoco censuremos a quienes en efecto no disfrutan de estos momentos; no obstante, si les gustan las fiestas pero han tenido miedo a ser encasillados en un estereotipo, entonces espero haberlos ayudado un poquito. Me encantaría escuchar sus comentarios y experiencias. Nos leemos en la próxima entrada. 




Los datos psicológicos los he obtenido del libro Inteligencia Emocional de Daniel Goleman y del sitio web https://lamenteesmaravillosa.com/

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