Por qué la reputación SÍ importa

1:20 p.m.

Emma Stone en Easy A (2010)

Dicen que no tiene que importarte lo que la gente piense de ti, pero también dicen que una imagen dice más que mil palabras... ¿Qué es lo que hay que proyectar, entonces? ¿Cuál es la diferencia entre apariencia y reputación?

Hace un tiempo, me encontré con un artículo empresarial en el que se explicaba por qué las empresas deben cuidar su reputación si quieren aumentar su nivel de ventas. Ahora que la moda y las tendencias en coaching y orientación enfocan al ser humano como YO S.A, es interesante pensar en uno mismo como una empresa que requiere trabajar en su imagen corporativa no solo para ganar credibilidad ante nuestro ojo público (headhunters, si quieres trabajar para una empresa; clientes/consumidores/stakeholders si quieres ser emprendedor; ni hablar si estás pensando en casarte), sino también para obtener resultados productivos en base a la imagen construida.

Meses atrás, vi en youtube un video peculiar, se titulaba algo así como "yo también mandé nudes". El argumento principal era el clásico: "mi cuerpo, mi sexualidad". Revisé los comentarios y me di cuenta que este tipo de contenido es la razón de que haya personas que crean que esforzarse por construir una buena reputación es igual a ser mojigato. APARIENCIA y REPUTACIÓN NO son lo mismo.Incluso la RAE nos lo aclara: apariencia es el "aspecto o parecer exterior de alguien o algo./ Cosa que parece y no es." Mientras que "reputación" es "Opinión o consideración en que se tiene a alguien o algo./Prestigio o estima en que son tenidos alguien o algo."

"Que no te importen los chismes, tú sabes lo que vales"
Por el contrario, no es que los chismes/comentarios mal infundados sobre ti lo sean todo, pueden tratarse de calumnias que no te mereces o bien pueden ser afirmaciones sobre algo moralmente cuestionable que hiciste; en ninguno de los dos casos, empero, se justifica hablar mal de una persona a sus espaldas... y creo que todos estamos de acuerdo en eso. Sin embargo,  actuar como "nos dé la gana" bajo la excusa de que "nadie tiene derecho a opinar" no es la forma más inteligente de manifestarse en contra de los comentarios que restan prestigio a nuestro YO S.A. porque, a largo plazo, al mundo no le importa tu opinión (lo que vendes), sino cómo la expresas (cómo lo vendes).

La reputación está compuesta por 3 elementos


La identidad es el eje principal sobre el que la imagen ante la opinión pública y las buenas relaciones sociales y afectivas encuentran su equilibrio. Los frutos de una buena identidad derivan en estos dos ejes bien equilibrados, pero ninguno de ellos puede prescindir entre sí, están interconectados.

Asimismo, la identidad se desglosa en 3 elementos.


  • Filosofía de vida/ ideología/ creencias: Esta es tu "cultura organizacional", y se basa en los valores que rigen tu columna vertebral de decisiones, acciones y paradigmas. Por lo general, lo manifestamos a través de una creencia religiosa, un sistema de valores oriental, sistema de valores éticos o lo que sea que consideremos mantra en nuestra vida. De estos ideales, salen nuestras percepciones de lo que está bien y lo que está mal. Algunas personas prescinden de un sistema en concreto, yo en lo personal prefiero tener un pilar en concreto para no divagar de sistema en sistema según lo que me convenga. 
  • Conducta: ¿Cuál es tu actitud frente a las circunstancias? La respuesta se encuentra en todo lo que haces DÍA A DÍA, desde la forma en la que saludas al portero de la entrada de tu colegio/universidad/trabajo, hasta la reacción que tienes cuando alguien te hace una propuesta inadecuada. Todo lo que haces cuenta, consciente o inconscientemente. 
  • Discurso: Aquí se incluye todo lo que sale de tu boca. De ahí que sea tan importante ser coherente no solo entre lo que se dice y se hace, sino también en lo que se dice y lo que de verdad se piensa. Hay personas que son tan brillantes en su discurso que cuando conversas con ellas no puedes evitar estar de acuerdo con todo lo que dicen, y además parecen "coherentes" porque públicamente no han hecho nada que los contradiga; sin embargo de un momento a otro... escándalo legal, acusaciones de terceros e incluso suicidio (en los más extremos casos. Revisen el suicidio de Celia Fuentes y los escándalos de proxenetismo en reinados de belleza venezolanos). ¿Por qué? Porque había una guerra interna entre lo que decían/hacían y lo que pensaban (he aquí las apariencias).

Haber subestimado la reputación y haberla vinculado erradamente con connotaciones negativas, nos ha impedido ver  el alcance real del impacto que nuestra imagen (ya sabemos que no es sólo lo físico) tiene sobre las personas que, un par de años más tarde, llamaremos contactos/clientes/jefes; a fortuna de algunos e infortunio de otros, el colegio/universidad ACABA y lo que hayas construido se quedará en la memoria de tus ex compañeros para siempre, a menos -claro- que llegues a hacer con tu vida algo de gran impacto como para reescribir todo lo anterior. Me arriesgo a suponer que la mayoría de nosotros aspiramos a esto último.

Nos leemos en el próximo post.

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